Anunciación (Anunciación de Cestello), Botticelli

Encargada por Benedetto Guardi, un respetado funcionario vinculado al gremio de los cambistas, esta obra maestra aún conserva su marco original. El cuadro fue destinado a un altar en la iglesia de los monjes del Cestello, situada en el barrio de San Frediano, conocida con el nombre que ha perdurado.

El vivo movimiento de las figuras contrasta con estas dinámicas espaciales, que dirigen hacia el fondo. Hay una línea diagonal que corre desde el borde de las ropas de Gabriel a su mano alzada, y continúa en el brazo que María está sosteniendo cruzado sobre el pecho. Las ropas del ángel, que están ondulando en grandes pliegues, muestran que acaba de hacer un dramático aterrizaje.

La escena se desarrolla en una estancia de arquitectura austera, donde una pared grisácea al fondo resalta la apertura de una puerta enmarcada por una moldura de piedra. La puerta introduce un paisaje fluvial en esta escena sacra, que incorpora arquitecturas de puentes y castillos con reminiscencias nórdicas.

Gabriel está arrodillado reverentemente en frente de María y su boca, que está ligeramente abierta, sugiere que están en el proceso de pronunciar las palabras del Evangelio de Lucas,1​ que está escrito debajo de él en latín sobre el marco original de la pintura: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el niño santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios».

Este cuadro refleja influencias de la arquitectura florentina de la época. En comparación con obras boticellianas de temas similares, como las de San Martino alla Scala (1481, Galería de los Uffizi, Florencia), se percibe el camino artístico emprendido por el autor. El pintor se orientó hacia una simplificación progresiva de las formas, reduciendo los detalles narrativos-descriptivos. Se interesó cada vez más en la representación monumental del espacio, dejando una impronta distintiva en su evolución artística.

Sandro Botticelli, un pintor renombrado del Renacimiento italiano, es célebre por sus obras maestras, entre ellas «El nacimiento de Venus» y «La Primavera«. Sus pinturas reflejan una elegancia inigualable y una habilidad excepcional en la representación de la belleza y la gracia, convirtiéndose en uno de los exponentes más destacados del arte renacentista en Florencia.