De Benlliure a benlluvia, un monumento pasado por agua

por | 28 Jul, 2025 | Opinión

Este fin de semana volví a pasar por la plaza del Arenal para confirmar con mis propios ojos algo que ya sospechaba: tenemos en marcha un espectáculo acuático que ni en Las Vegas… Solo que aquí no hay música, ni luces, ni turistas haciendo vídeos. Lo que tenemos es un conjunto escultórico dedicado a Miguel Primo de Rivera, obra de Mariano Benlliure, recibiendo su ducha diaria con puntualidad militar.

Los chorros de la fuente no rodean el monumento, lo atacan directamente. Especialmente a las figuras alegóricas de la Victoria y la Paz (o Abundancia) ubicadas en las esquinas. Ambas representaciones parecen hoy verdaderas víctimas de una tormenta programada.

El bronce, claro, no miente: la pátina está desgastada, el color ha virado a un violáceo extraño, como si en vez de homenaje estuviéramos presenciando una lenta disolución. Los bajorrelieves del pedestal también están sufriendo lo suyo, igual que las letras, cada vez más borrosas. Y luego está el jinete, firme, estoico, lleno de excrementos de paloma, contemplando la escena con la dignidad que le queda. Porque además de soportar “el agüita”, tiene que lidiar con el bombardeo aéreo.

Una podría pensar que, teniendo un monumento de esta calidad artística, lo lógico sería protegerlo, limpiarlo, desviar los chorros asesinos… Pero parece que no. Aquí preferimos dejar que el agua se cargue todo, y como si no fuera suficiente el monumento tiene otra penitencia: unos setos frondosos que le tapan la vista, ¡qué arte más grande!

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