Dieciséis botas con historia en González Byass

En la Bodega de los Apóstoles de González Byass se conserva una joya del patrimonio vinícola andaluz: dieciséis botas centenarias procedentes de la Bodega de la Tercia en Montilla, por entonces propiedad del Duque de Medinaceli desde el siglo XVII.
Estas botas, realizadas en madera de cerezo y dispuestas aún sobre las tradicionales candioteras montillanas, llegaron a Jerez en la década de 1830, cuando Manuel María González, fundador de la casa, las adquirió por la calidad excepcional de los vinos que contenían. Fueron incorporadas a las primeras criaderas de González Byass y marcaron el inicio de una de sus soleras más reconocidas. En homenaje a esa procedencia noble el vino recibió el nombre de Del Duque Amontillado V.O.R.S., y aún hoy rinde tributo a sus orígenes históricos.
Conviene recordar que en 2009 este conjunto fue restaurado por un equipo especializado en arte y arqueología, bajo la dirección de María Paz Barbero. Una intervención respetuosa que garantizó su conservación sin borrar las huellas del tiempo, respetando su autenticidad. A mi juicio, restaurarlas fue una decisión ejemplar y comprometida, porque se trataron como lo que realmente son: piezas históricas y valiosas, auténticos bienes culturales.
Este gesto nos recuerda que en Jerez hay iniciativas que miran al pasado con respeto y al futuro con responsabilidad. Que cuidar el patrimonio no es un lujo, sino una forma de construir identidad, de proyectar cultura, de sumar valor, más allá del paso del tiempo.