La Virgen del Canciller Rolin, Van Eyck

Nicolás Rolin fue un influyente político francés de la corte borgoñona y principal consejero de Felipe III apodado “el Bueno” Duque de Borgoña. Nació en Autun en 1376, muriendo en la misma ciudad en 1461. Este cuadro fue fruto de un encargo personal, que el protagonista de la escena hace al artista para decorar su capilla privada en la catedral de la misma ciudad. Actualmente se encuentra expuesto en el Museo del Louvre en París.

En ella vemos a la izquierda al canciller en postura orante sobre sus rodillas y con las manos unidas sobre su pecho. A diferencia de otras obras del mismo autor, en las que la figura de María como trono de Jesús aparece al centro de la composición, en esta ocasión el conjunto se encuentra a la derecha, mirando hacia el protagonista. Un ángel la corona, mientras Jesús en su regazo le bendice.

Llama la atención de la mirada de Rolin, que parece ensimismado en su oración interior. Este detalle nos revela que la escena trata sobre una visión intimista del protagonista, a medio camino entre la ficción y lo real, cercana a una aparición idealizada de la santidad a través de su persona, como portadora de devoción cristiana ante el pueblo.

En la sala en en la que se desarrolla la escena llaman la atención las decoraciones florales de la arquitectura en piedra, en la que se desarrollan programas iconográficos con alegorías a la virginidad de María. Se encuentra delimitada por una logia que asoma a un amplio paisaje en el que aparece una ciudad sobre las lomas de una cordillera nevada dividida por el río Mosa, cuyo cauce se pierde en el horizonte hacia una cordillera nevada.

Sin duda, en esta pintura el autor se revela como un gran paisajista, capaz de conducir la mirada del espectador desde las figuras principales hasta el horizonte, gracias a elementos anecdóticos como las dos personas que de espaldas se asoman a una balconada, barcos, puentes… inundados por una luz dorada que ilumina todo el espacio de forma magistral.