Icono de Vladimir
Icono de Vladimir
Estudiar a fondo la historia material del Icono de Vladimir me animaría a realizar esta modesta versión de la obra, en la que usaría los mismos materiales con el fin de imitar el estilo bizantino; láminas de oro, estofados y temple sobre madera. Además, trataría de recrear las áreas del original que se habían perdido, así como, los diferentes deterioros que presentaba, fruto de la vejez y mal estado de conservación.
Pintarlo supondría mi segundo contacto con el Temple sobre tabla y oro. Años antes tuve la oportunidad de realizar la versión de una Virgen con el Niño gótica. Versión que conserva la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores en Jerez.
El temple fue una de las técnicas pictóricas más empleadas en Europa antes de la llegada del óleo. Esta técnica – donde la yema de huevo actúa como aglutinante del pigmento – es compleja por su limitado tiempo de secado, lo que dificulta la mezcla de tonalidades, aunque el aspecto final que aporta a la obra es difícilmente equiparable a otro procedimiento.
El Icono de Vladimir: Proceso de ejecución
Para explicar el proceso de ejecución del icono, dividiré el trabajo realizado en diferentes apartados para comprender el proceso y los materiales empleados en cada uno.
El soporte
El soporte es el elemento que sustenta la obra. Sobre él, se superponen los estratos que la componen. En el caso del icono, su naturaleza es rígida; tabla de madera con unas dimensiones de 50×50 centímetros.
La preparación
Tras lijar toda la superficie del soporte, aplicaría dos manos de agua caliente y tres de encolado orgánico tradicional, con lo que limitaríamos el grado de absorción de la madera.
Una vez seco, aplicaría la preparación, con la que se garantiza la adherencia de la película pictórica al soporte. En este caso su naturaleza es magra, compuesta por varias capas de yeso grueso – cuya carga es alabastro yesoso – con cola de pescado, un aglutinante de procedencia animal. Las últimas capas de preparación son de yeso apagado o yeso fino – Gesso Sotillo – compuesto por Sulfato Cálcico, aglutinado con cola de pescado. Tras secarse, puliría la superficie final con la ayuda de un diente de oso para unificar su textura.
La imprimación
La imprimación fue coloreada, con un pigmento siena muy diluido en yema del huevo, para conseguir una entonación general antes de comenzar a pintar.
El dibujo
Sobre la imprimación pasaría la composición con carbón blando, encajando las formas de manera lineal y esquemática, trazando los rasgos fundamentales.
Una vez hechas las correcciones precisas en el esbozo, repasaría los contornos fundamentales de la composición a pincel con pigmento oscuro rebajado en agua. En esta fase, también trabajaría de forma más precisa los distintos detalles del dibujo.
El dorado
La aplicación del dorado sería el siguiente paso en la ejecución del icono. Primero tuve que preparar una base estable para garantizar la adherencia del oro. Usaría el bol de Armenia, compuesto por arcilla como materia de carga, aglutinado con clara de huevo.
Sobre él aplicaría las finas láminas con la ayuda de un pincel plano. Doraría toda la superficie de la tabla a excepción de los rostros, las manos y los pies del niño. Además, toda esta área sería bruñida con piedra de ágata para dar brillo al metal noble.
El estrato pictórico
Comenzaría con los estofados de las vestiduras, aplicando una película traslúcida de temple sobre los ropajes. Una vez seca, con la ayuda de un objeto punzante y blando – como una pequeña rama de un árbol – se retiraría el temple en estos motivos, dejando ver el oro subyacente y recreando el bordado de las telas, con el fin de proporcionar a los tejidos un acabado decorativo.
Tras ello, comenzaría a pintar la obra. Según la tradición de la pintura sobre iconos, son los rostros de las imágenes los más importantes de la composición y los últimos en ser realizados.
Como comentamos anteriormente el procedimiento técnico empleado es temple, compuesto por pigmentos de origen mineral aglutinados en yema de huevo, sustancia filmógena que dará cuerpo a la película de color. El aglutinante es el elemento de cohesión de las partículas de pigmento y al mismo tiempo, fija la pintura al soporte.
En este tipo de técnica, la variedad de pigmentos resulta muy reducida, ya que dependían de la riqueza del medio natural. Aumentaría notablemente con el desarrollo de los procedimientos al óleo y posteriormente, con la aplicación de los conocimientos científicos a esta disciplina.
En cuanto a la aplicación, el Icono se encuentra realizado mediante el método de la pintura por capas. Se trata de lograr un resultado final unitario, con el empleo de superposiciones de capas de pintura más o menos transparentes, de forma que las combinaciones del color se logren mediante la percepción óptica.
Por tanto, la forma de pintar el icono de Vladimir, cuenta de una serie de pasos en la elaboración de las carnaduras. Primeramente un tono verdoso homogéneo, denominado verdacho, sobre el cual, se aplican los distintos frescores, en tonos rojizos y azulados. En último lugar, se aplicaban las luces más intensas en los salientes de las facciones con un plumeado de blanco puro.
El barniz
Por último, aplicaría la película de barniz compuesto por laca resinosa. Su función principal es proteger la superficie de la obra de los agentes externos, además de unificar las posibles diferencias de brillos entro los pigmentos.
- Título: Icono de Vladimir (Versión).
- Autora: Inmaculada Peña Ruiz.
- Fecha: Julio 2004, Versiones.
- Técnica: Pintura al Temple sobre tabla.
- Localización: Colección privada.
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