Restauraciones necesarias para el patrimonio devocional

Hace unas semanas tuvimos la noticia de que retiraban a la Virgen del Rocío para ser restaurada por Fuensanta de la Paz Calatrava, responsable del departamento de Conservación y Restauración del Museo de Bellas Artes de Sevilla. Sin duda, todo un acierto de cara a la conservación de la imagen, de la que por supuesto tendremos un resultado más que bueno, si atendemos a otros trabajos que Fuensanta ha liderado, como la intervención en el Cristo de la Clemencia de la Catedral de Sevilla.

Debemos entender que las imágenes devocionales sufren a lo largo de su historia un sinfín de actos, procesiones, movimientos o cambio de vestimenta, que merman la estabilidad de los materiales con los que están hechas. De ahí, la importancia de mantener un control periódico, para evitar que los daños producidos vayan a más y acaben por deteriorar de forma irreversible la escultura original.

En Jerez, estamos a la espera de la vuelta del Señor del Consuelo, titular de la Hermandad del Transporte. Otra apuesta necesaria por la conservación del patrimonio de la ciudad que desde estas líneas aplaudo.

Espero que esta iniciativa también se esté estudiando para la patrona de la ciudad, nuestra Virgen de la Merced. En la pasada procesión pudimos ver el mal estado de conservación que tiene su rostro, parte original de la escultura.

Pienso que no hay que temer a hacer una restauración de una obra tan emblemática para una población, de hecho, no debe cambiar su fisionomía, si atendemos a la función devocional que desarrolla. Lo que sí ganaríamos es un saneamiento de los materiales originales, para preservarlos en un futuro y evitar que el deterioro, más que evidente, avance cada año. Y también ganaríamos un estudio pormenorizado de esta obra, de la que tan pocos datos científicos se tienen por desgracia.

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