La exposición permanente de la Catedral de Jerez

Dos de los conceptos en los que se basa la selección de piezas de arte en un museo son la autenticidad y la originalidad. Aunque son términos que todos conocemos bien, cuando lo aplicamos al estudio del arte, cobran una especial importancia ya que clasifican el grado de valor según su contexto.

En líneas generales, la autenticidad en el arte es un juicio de valor de carácter cualitativo, es decir, valora si la pieza analizada tiene alguna cualidad o característica de que sea verdadera. De esta forma, se dividen en dos los tipos de autenticidad; la artística y la de carácter histórico. La primera se basa en la cultura en la que se ha producido la manifestación de arte, mientras que la segunda, además de lo anterior, se suma la intervención en otro periodo cultural.

Por otra parte, la originalidad es otro juicio de valor sometido esta vez al autor/a, en el que se valora objetivamente su formación, contexto y trayectoria, y en caso de anonimato, la cultura o círculo al que pertenece la pieza.

Centrándome en Jerez, la exposición permanente de la Catedral de la ciudad me parece todo un acierto, porque tiene expuesta obras de calidad que ponen en valor el patrimonio eclesiástico que tenemos y podemos disfrutar.

Sólo espero que poco a poco se puedan ir restaurando las piezas que están más deterioradas por el paso del tiempo. Así lucirían con su esplendor de antaño y potenciaría esta industria de la Restauración/Conservación de Bienes que tan difícil lo tiene para sobrevivir.

Y por favor, que no se olviden de la restauración de los retablos que hay en las capillas secundarias de la Catedral, algunos parecen que se mantienen en píe por arte de magia, ya que su estado es realmente alarmante. Y lo que se pierde, no se puede recuperar.

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