Sobre los “Monumentos mediocres” en Jerez (I)

Llevo bastante tiempo pensando en escribir sobre aquellos “monumentos” de la ciudad que te ponen los vellos de punta cada vez que pasas junto a ellos. Bien es cierto que, el abandono que las autoridades les infringen con total impunidad, sin duda enfatiza en muchos casos el horror y el esperpento.

Pero con independencia de este tema – que en ocasiones trataremos – me gustaría centrarme en el valor artístico de algunas de las piezas repartidas por diferentes localizaciones en Jerez, en las que ese valor es tan pequeño que ni siquiera se percibe (porque quizás ni tenga). Y aunque parece ser una tónica general del momento que vivimos, ya que podemos encontrar casos similares en otras localidades de la provincia, sigue sin parecerme justo, principalmente para la ciudadanía.

Lo malo nunca aporta valor, siempre empobrece. Y es algo de lo que debemos tomar conciencia, no nos podemos conformar y menos, acostumbrarnos a lo feo, a lo mal hecho, aunque el propósito sea loable. Vuelvo a insistir en que no se puede enseñar en lo mediocre a las nuevas generaciones, porque va en detrimento de nuestra cultura, esa por la que muchas veces nos rasgamos las vestiduras “a lo Camarón”.

Si analizamos el término Monumento, según la Real Academia de la Lengua Española, entre otras acepciones, hace referencia al bien inmueble que constituye una realización arquitectónica o de ingeniería, o una obra de escultura colosal, siempre que tenga interés histórico, artístico, científico o social. En todos sus significados es indispensable que tenga “interés artístico”; “de sobresaliente interés artístico”, “valor universal excepcional desde el punto de vista de la historia del arte”, “de destacado interés artístico”… ¿De verdad se ha tenido esto en cuenta en algunos monumentos contemporáneos de Jerez?

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